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El viernes 28 de abril ocurrió un incidente en San Ramón que fue reportado por el periodista de Diario Extra Daniel Chinchilla. La nota, publicada el sábado 29, afirma que un ingeniero de Intel fue asesinado en una aparente riña callejera. La noticia da el nombre completo de la presunta víctima y, a partir de un desopilante trabajo de CSI La Extra en el Facebook del presunto muerto, utiliza sin permiso una foto de la persona de su perfil de Facebook, afirma que el fallecido es de Santo Domingo de Heredia y trabaja en Intel.

Una redacción barroca afirma que la persona falleció producto de un golpe en la cabeza. Pero, no se puede afirmar que fue homicidio. ¿Por qué? Porque según la misma nota, “por razones que no están claras cayó al suelo”. ¿Entonces? Eso sí, el cuerpo del hombre “presentaba algunos signos de violencia” según la Cruz Roja.

Sin embargo, lo verdaderamente grave, es que la persona fallecida no es la de la imagen que se tomó de Facebook… sin autorización y que aparece en un recuadro titulado “QUIEN ERA” (Sic).

La respuesta fácil a este equívoco es  ubicar al medio como sensacionalista. Es decir,  que su trabajo se limita a llamar la atención apelando a las emociones, no a informar. Esto sería una justificación burda de la ausencia de los más básicos pasos en la construcción de una nota que debe ser veraz, verificada y apegada a la ética profesional.

MATAR A LA PERSONA EQUIVOCADA

A criterio de quien escribe, Diario Extra no es necesariamente un monumento al rigor informativo. Sin embargo, el no confirmar la información y buscar en Internet al posible fallecido es de una ligereza pocas veces vista.

El periodista, hace un trabajo digno de CSI La Extra y revisa el perfil del “supuesto asesinado por una caída”. Eso le permite afirmar  que la víctima vivía en Santo Domingo por un post en el que pide ayuda para recuperar un perro extraviado en esa localidad. Sherlock Holmes es un bebé de teta a la par de este periodista. Pero su exhaustiva revisión también le alcanzó para identificarlo como ingeniero de Intel.

Hagamos números: nombre, foto, profesión y puesto de trabajo. ¿Se imaginan a la familia de este muchacho al ver la noticia en el medio?

La persona afectada, posteó en su perfil que estaba vivo y le pidió al medio que retire la noticia y aclare que está vivo. Y, además, pidió que la nota salga en la primera plana donde apareció la nota originalmente.

Lo único que sucedió hasta el momento es que la nota en la versión digital ya no está, pero no hubo aclaración, ni disculpa. De hecho, si se hace click en la liga respectiva nos lleva a la página principal del medio. Sin embargo, sigue y seguirá impresa para la posteridad.

¿NOS PROTEGE LA LEY?

Si bien es cierto la Ley de Jurisdicción Constitucional es muy clara en cuanto al derecho de respuesta y aclaración; los medios escritos rara vez hacen las aclaraciones en proporción al daño causado. Esto es: si la noticia aparece en primera plana, yéndole bien a la víctima le tocará escribir una nota perdida en el foro. En la era digital, esto tiene un agravante porque si no se aclara y no se coliga la aclaración de quien ha sido violentado por una nota; el daño tiende a perpetuarse.

Por otra parte, está la ética del medio y del periodista. Los medios no son muy afines a la rectificación por autoconcebirse como portadores de la verdad y el interés público. Aunque esta idea está jalada de los pelos, está firmemente arraigada en el periodismo mundial. De ahí que es más fácil ganar una demanda millonaria por daños, que lograr que haya una rectificación como la gente. Hemos de reconocer que existen excepciones, pero en nuestro país se cuentan con los dedos de una mano y sobran 3.

RESUCITAR A LA VERDAD

Diario Extra tiene la obligación ética de rectificar la noticia. Eso debió hacerlo inmediatamente. Además, corresponde una disculpa a quienes ofendieron y a sus lectores. Es de capital importancia que el medio revise sus estándares de trabajo luego de quedar en evidencia que obtuvo datos de un perfil de Facebook, que no los corroboró y que nunca tuvo autorización para usar la imagen de una persona.

Si bien es cierto, es información que las personas deciden hacer pública, existe responsabilidad del medio sobre la forma en que la usará. Que alguien haga pública parte de su vida, no da derecho a usar su imagen como nos plazca. Existe un deber de contención que obliga a respetar lo que se sabe de un tercero.

La libertad de prensa no es el derecho de un medio a informar lo que cree es la verdad. Es el derecho que tenemos las personas informar y a ser informadas con la verdad. Eso define el carácter del medio; y eso genera la obligación ética de entregar información de calidad para la convivencia democrática.

NOTA DEL AUTOR

Se ha borrado el nombre de la persona y cualquier característica que le identifique para evitar la revictimización, el acoso y la exaltación del morbo.

 

Saúl Buzeta

Advertencia al visitante: Saúl Buzeta Dhighiam es politólogo de formación, comunicador por deformación y necio por naturaleza. Los dedos de la mano no sirven para contar sus obras pues no tiene, mas acostumbra a escribir a hurtadillas artículos de poca monta que gente incauta (en el mejor de los casos) o sin escrúpulos (en la mayoría de ellos) publica sin compasión por el lector. Considérese entonces amable visitante suficientemente advertido sobre lo inocuo de lo que aquí encontrará.

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