Skip to main content
A manera de aclaración

Esta no es la guía del viajero intergaláctico versión elecciones 2018. Es solamente el esfuerzo de una persona que trata de ayudar a otras a tomar una decisión: votar.

¿A qué vas a votar el 4 de febrero? No hablo de candidatos, ni comerciales o la superficialidad de la campaña. Te pregunto a qué proyecto de país le vas. ¿Cómo querés que sea Costa Rica en 15 años? ¿Cómo te visualizás vos en ese país? ¿Tenés futuro, más aún presente, en el país que tenemos ahora? Pero igual de importante es ¿Qué vas a hacer para que eso suceda?

En cualquier sociedad, sin importar si es democrática, libertaria, dictatorial o la tiranía más absoluta; todas las personas somos entes políticos. Todas. El tema es el rol que decidimos jugar dentro de las circunstancias en las que nos desenvolvemos. No es lo mismo estar activo en política en China, Corea del Norte o el Congo; que en Venezuela, Costa Rica, Alemania o Estados Unidos. Cada país, cada sistema político le permite a la persona ejercer sus libertades hasta cierto punto. Muchas veces el problema es, si la persona está aprovechando su espacio político o se lo cede a alguien más.

La democracia es la construcción permanente de mayorías. Eso no quiere decir que las minorías no tengan espacio, por el contrario se les debe garantizar y reconocer. Pero quienes hoy son mayoría, mañana no necesariamente lo serán. Esa dinámica implica que nuestro sistema político es mucho más que una elección cada cuatro años. Es un ejercicio de todos los días.

Entonces, ¿Qué nos limita a participar, a proponer, a meter el hombro?

INTENTEMOS UNOS PRINCIPIOS
  • Es importante nunca votar en contra de un candidato. Si aparece el candidato al que todos debemos temer, no le pongamos el dedo al que parezca que le va a ganar. En situaciones desesperadas como esa los resultados son siempre los peores.
  • Votemos a favor de lo que creemos. No votemos por encuestas o por las posibilidades de que gane tal o cual personaje. Lo nuestro es escudriñar lo que queremos y luego revisar los programas de gobierno para ver dónde está el empate entre esas ideas y las nuestras. No es un ejercicio fácil, pero es muy necesario.
  • Tampoco creamos en que cuanto peor, mejor. Votar a la peor opción para que de ahí se genere la crisis que saque al país del estancamiento es, cuando menos, suicida.
  • Busquemos en las noticias y en las conversaciones los temas generales que son importantes para el país: déficit fiscal, generación de empleo, infraestructura, seguridad, seguridad social, etc. Busquemos ayuda para entender las posibles soluciones y comprender que responden a perspectivas ideológicas.
  • Tengamos presente que los medios no tienen una visión neutra de la realidad.
  • Hagamos la tarea de identificar el país que queremos y contrastémoslo contra los programas de gobierno.
  • Leamos los programas de gobierno. Más aún, estudiémoslos. Queda tiempo y es una tarea que podemos hacer en grupo.
  • Analicemos el temperamento y el carácter de cada candidato y candidata. Los debates son muy importantes para verlos reaccionar, además de escuchar sus propuestas.
  • A la hora de votar tengamos la certeza de que no existe el voto perfecto. Votamos por personas, programas e ideas. No estamos escogiendo al mesías. El escenario económico mundial puede cambiar, la burocracia estatal se puede resistir al cambio; en fin, pueden pasar mil cosas para que un programa no se cumpla.

REPASEMOS NUESTRA ACTITUD

Seguramente todos y todas hemos encontrado soluciones a los problemas que nos aquejan; pero ¿Se los hemos propuesto a las instancias correspondientes? o simplemente nos quedamos callados pensando que para qué participar, si todo es difícil. Y como además, uno tiene sus propios problemas, para qué se va a enredar en más.

El asunto es que muchos de tus problemas personales, se derivan de los problemas que no solucionamos como sociedad. Si vivís en las presas, si la plata cada vez te rinde menos, si tenés que escoger atención medica privada porque la Caja te receta acetaminofen, es, en parte, porque no has ejercido tu rol de ciudadano o ciudadana. Seguro que te has quejado, seguro que hablás hasta por los codos; pero ¿Qué has hecho para que esto no cambie? Has sido indiferente.

Y cuando uno es indiferente, cuando uno no se planta por sus intereses, alguien ocupa ese espacio; porque en política no hay vacíos. Entonces preguntate ¿A qué has votado? Si en la elección pasada votaste al cambio ¿Te hiciste cargo de acompañar ese cambio o dejaste que otros lo hicieran por vos?

Convengamos en que el Estado ha venido fallando, en muchos casos apropósito, para favorecer ciertos intereses. Entonces, uno debe preguntarse cuáles son sus intereses para vivir en una mejor sociedad y escoger a aquel partido cuya plataforma política se adecue a nuestras esperanzas, anhelos e intereses.

ANTES DE VOTAR, HAY QUE ELEGIR

Lo primero, antes de votar, es pensar en el tipo de sociedad en la que uno cree. Es lógico pensar que nuestra sociedad debe mejorar. Entonces es bueno hacer una lista de mejoras que uno desearía y pensar cómo afectaría a las demás personas en lo bueno y en lo malo. Además, es necesario saber cómo se va a conseguir, porque no se puede hacer chocolate sin cacao.

¿Queremos justicia social? ¿Creemos en la redistribución de la riqueza o solo en el esfuerzo individual? ¿Entendemos desarrollo como más trabajo o como mejores condiciones de vida? Ir resolviendo nuestro perfil ideológico aclara el panorama.

Hay temas áridos como infraestructura, seguridad y déficit fiscal que tienen que ser atendidos. Sin embargo, hay que abordarlos porque nos afectan seriamente. El déficit fiscal impide el desarrollo de infraestructura y generar condiciones para bajar la delincuencia. Entonces, antes de estudiar los programas estudiemos los problemas y las soluciones que se proponen. Algunas de estas soluciones nos pueden beneficiarnos o perjudicarnos, pero mantener el déficit nos toca profundamente.

En esto no hay soluciones fáciles. No es que uno dice “gasten menos” y ya; o despidan gente; o aumenten impuestos. Hay que informarse de cómo y porqué se gasta de una determinada manera; y cuáles son las vías para solucionarlo. Ojo: el tipo de solución incide en la clase de sociedad que nos vamos a convertir.

A la hora de construir el voto es importante saber que ningún tema está aislado. Por ejemplo el transporte público. Si se quiere que la gente deje el carro y use el bus se requiere rutas mejores, eso implica renegociar concesiones. Más aún ¿Es seguro andar con una computadora en el bus? Entonces entra el tema de la seguridad y cómo resolverlo. Después está el tamaño de los buses: tenemos autobuses que para hacer un giro en una esquina ocupan atravesarse en dos calles.

Empatar nuestra visión de sociedad con la solución de los problemas apremiantes, define cómo será nuestro futuro.

¿POR QUÉ SON IMPORTANTES MIS INTERESES?

Los partidos políticos representan una gran variedad de intereses que van desde los empresariales, cooperativistas y sindicales, hasta los de pequeñas organizaciones que tienen reivindicaciones muy particulares e importantes como la vivienda.

A lo largo de los años estos intereses han entrado en tensiones muy fuertes. Mantener el equilibrio entre intereses disímiles no es sencillo ni para los partidos ni para los gobiernos. Por eso a veces se prometen cosas en abstracto que suenan muy lindas pero a la hora de los balazos no pasa nada o el resultado no es el que se desea.

En ese sentido, tener nuestros intereses claros y defenderlos ante los partidos políticos es fundamental. No solo nos obliga a tomar consciencia de lo que queremos, sino a buscar que se concrete. Obviamente, el interés de una sola persona no tiene el mismo peso que el de un grupo organizado; por eso es muy importante discutir nuestras ideas con otros para lograr armar una agenda en común.

Muchas personas organizadas en torno a una agenda pueden ser decisivas en una elección. Por ejemplo, aunque ningún partido plantea el aborto de forma irrestricta se hacen manifestaciones en su contra. Eso es apoyado por quienes no quieren derechos para las personas gays para equipararlo con el aborto. Para llegar ahí, se ha tenido que construir un discurso y una agenda.

Entonces antes de votar, es importante tener en claro mis intereses, los de mi comunidad y los de otros actores políticos. No es una tarea sencilla, pero requiere de escuchar noticias, leer, informarse y discutir mucho para aprender.

HACER LA LISTA

Cuando hacemos la lista de problemas y soluciones tenemos más claro el tipo pensamiento que defendemos. Podremos ser más individualistas u orientarnos más a la solidaridad. Lo cierto es que eso nos ayuda a entender dónde estamos parados.

Sin embargo, es fundamental ejercer la empatía. Si uno solo piensa como conductor, se va a olvidar de peatones y usuarios del transporte público. El mundo no gira en torno a nosotros, de ahí la importancia de ver más allá y pensar en las consecuencias de las acciones que estamos dispuestos a tomar.

¿Cómo beneficia a mi país mi voto? Esa es la pregunta que me tengo que hacer. Poner en la balanza intereses personales, con los del país.

OJO CON LOS MEDIOS

Los medios de comunicación son empresas que responden a una visión de mundo. Eso es legítimo, pero a la vez condiciona el contenido de la información y la forma en la que se presenta. Por eso es muy importante ver, oír y leer noticias; pero saber leer entre líneas eventuales intenciones.

Por lo general los medios no tienen un candidato, tienen una agenda económica que quieren impulsar de acuerdo a la visión de sus dueños.

NO HAGAMOS COLES CON LA MANO

La democracia es un sistema político valioso que se sustenta en reconocernos como sujetos políticos y en reconocer a la otra persona. Eso significa entender otras perspectivas aunque no se compartan y apreciarlas en su contexto. Por eso es necesario no descalificar al otro, no menospreciarle ni hacerle daño con nuestra ignorancia.

Básicamente eso sería. Al igual que cualquiera tengo mis dudas sobre por quién votar; aunque tengo una certeza de a qué votar. Pero supongo que con los debates se irá aclarando el panorama. Espero no haber influido ni a favor, ni en contra de nadie.

Y ojalá que como resultado de nuestra elección a todos y todas nos vaya bien.

Saúl Buzeta

Advertencia al visitante: Saúl Buzeta Dhighiam es politólogo de formación, comunicador por deformación y necio por naturaleza. Los dedos de la mano no sirven para contar sus obras pues no tiene, mas acostumbra a escribir a hurtadillas artículos de poca monta que gente incauta (en el mejor de los casos) o sin escrúpulos (en la mayoría de ellos) publica sin compasión por el lector. Considérese entonces amable visitante suficientemente advertido sobre lo inocuo de lo que aquí encontrará.

Aunque el sitio no genera mucho, necesitamos que la publicidad sea visible.

Por favor, deshabilitá tu Ad Blocker y refrescá la pantalla.

Gracias,