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Los medios norteamericanos siempre buscan autoexaminarse a raíz de algún hecho que pareció mal cubierto para luego llegar a la conclusión que han actuado correctamente… dadas las circunstancias.

Además, tienen esa increíble habilidad de darse cuenta de que debieron haber tenido una posición más crítica frente a un acontecimiento… cinco años después.

En el proceso de análisis no miden daños, ni el nivel de desinformación que provocaron y, más importante aún, nunca aprenden. Esa misma conducta se extiende al conjunto de la sociedad.

Es quizás por ello que provoca una cierta repulsión cuando abordan los temas internacionales con ese nivel de ignorancia y arrogancia propio de quien solo entiende el contexto de su propia existencia como el único posible.

Sin embargo, y habiendo dicho todo lo anterior, los medios norteamericanos son muy cuidadosos y críticos en cuanto a la forma en la que cubren los sucesos en su país. Basta recordar cómo le dieron al gobierno de Bush a raíz de la reacción que tuvo frente a la devastación que el huracán Katrina provocó en el sur del país.

Hace unos días muchos medios de comunicación de ese país, excepción hecha de CNN, expusieron abiertamente el mal manejo que hizo una conductora de esa cadena de la desaparición de un niño.

VICTIMIZAR Y REVICTIMIZAR

En Estados Unidos, es mi opinión, más por un asunto de morbo que otra cosa han convertido la desaparición de cualquier niño en tragedia nacional. Aquí no nos hemos quedado atrás. Y no es que la desaparición de un niño no sea trágica, pero cuando se busca victimizar y revictimizar a alguien durante semanas a partir de esa pérdida estamos frente a un manejo perverso de la información.

En ese contexto la presentadora Nancy Grace y su equipo de producción decidieron grabar una entrevista con la madre de un niño que había desaparecido hacía unos días. Según dice la familia, los productores le ofrecieron a la madre la posibilidad de hacer público su caso y facilitar así la aparición de la criatura. Sin embargo, la entrevista se convirtió en una carnicería y Nancy Grace se fue a la yugular de la madre haciéndole preguntas que le conciernen más a la policía que a la opinión publicada de una abogada metida a periodista.

Al día siguiente de la entrevista la joven madre se suicidó. Aún con todo y este desenlace, Nancy Grace y CNN decidieron publicar la entrevista.

La reacción de la familia fue sencilla: demandaron a la presentadora y a la cadena. Quizás por eso CNN no le ha dado mayor importancia a lo sucedido y, como es costumbre, aquí nadie se enteró porque en el mundo pasa lo que pasa en CNN.

DE FISCAL A ACUSADA

Los medios de comunicación, especialmente FOX, no perdonaron e inmediatamente empezaron los paneles de expertos hablando sobre el tema. ABC logró una entrevista con la periodista venida a juez y en su descargo no tuvo contemplación con la víctima.

De la misma forma que en las películas vemos como la gente se saca trapos sucios, esta mujer no dejó nada en el clóset y prácticamente acusó a la madre de haber matado a su hijo, inclusive afirmó que la policía concordaba con ella. En una entrevista posterior moderó su tono dejando ver que el niño aún puede estar vivo.

Independientemente de si la madre mató o no al niño el que un periodista se erija como juez carece de las más elementales normas de la ética profesional. El trabajo del informador es el de presentar los hechos, no el de decir “Yo acuso”.

Esta costumbre de los medios y de los periodistas de sentirse los voceros de la justicia es el mecanismo más elemental para cometer injusticias. Puede que un programa no sea periodístico, pero debe respetar la integridad de las personas. Ningún micrófono, computadora o cámara es una carta de inmunidad para señalar culpables sin importar cuán pesada sea la prueba en contra de una persona.

Desconozco las razones por las que esta joven de 21 años se suicidó. Pero lo cierto es que si estaba al borde del precipicio la entrevista fue de gran ayuda para que saltara.

LA ASEPSIA DE CNN

Lo correcto, que no va a suceder, es que CNN suspenda el programa y revise su código ontológico. Es hora de que los medios de comunicación comprendan su verdadero poder y que terminen de crear opinión y la empiecen a formar poniendo los datos sobre la mesa, no masticándolos “por los pobres tarados que no entienden lo que pasa a su alrededor”.

La sociedad no necesita héroes informativos que se pongan la capa de un escenario mientras combaten el crimen. La sociedad necesita reconstruirse como espacio de pensamiento, discusión y acción.

El mesianismo mediático, inspirado en el religioso, se nutre de una sociedad cada vez más ignorante, ajena y complaciente. Estos mesías binarios encuentran en el enjuiciamiento de terceros un gozo enorme: disfrutar de la erótica del poder. Es la oportunidad que tienen de influir en otros, de hacerse sentir como representantes legítimos de la cultura del rating.

Si hay algo que debemos de aprender de esta tragedia informativa es que los medios no están para tomar posición y luego retractarse, porque sus acciones tienen consecuencias inmediatas que pueden (y así lo hacen) dañar la vida de muchas personas. Los medios deben asumir su responsabilidad, frenar el ritmo brutal de desinformación y terminar de entender que no son dioses capaces de juzgar a nadie, que no pueden ir por la vida en un permanente “Yo acuso”.

De lo que sí podemos estar seguros es que a CNN nadie la va a revictimizar, ni tampoco le van a hacer un culebrón por lo sucedido, porque al final entre bomberos no se majan la manguera.

Algunos videos:
La entrevista a Nancy Grace en ABC
Mesa redonda en MSNBC (Panel de discusión)
La acusación contra la madre (FOX)
Otra entrevista sobre el tema a Nancy Grace

Sitio relacionado:
www.firenancygrace.com

 Originalmente publicado en redcultura.com

 

Saúl Buzeta

Advertencia al visitante: Saúl Buzeta Dhighiam es politólogo de formación, comunicador por deformación y necio por naturaleza. Los dedos de la mano no sirven para contar sus obras pues no tiene, mas acostumbra a escribir a hurtadillas artículos de poca monta que gente incauta (en el mejor de los casos) o sin escrúpulos (en la mayoría de ellos) publica sin compasión por el lector. Considérese entonces amable visitante suficientemente advertido sobre lo inocuo de lo que aquí encontrará.

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