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O UN ENVELOPE MALFUNCTION

Tengo que reconocer que rara vez veo los Oscares porque me resultan algo insulsos y repetitivos. Esa cuestión de que las películas que aparecen ahí son LAS películas me parece prepotente y hasta de mal gusto.

Esta vez quería verlos por el tema de la profecía autocumplidora de La La Land y, a partir de eso hacer un post sobre Hollywood y su autoreferencialidad.

Ya que estaba podía dedicarme a ver la producción llena de detalles que enseñan y hacen grande al espectáculo. Como la puesta en escena de los temas de La La Land en la interpretación en vivo, los telones moviéndose, profundidades del escenario, administración de tiempos y ni qué decir de las estatuillas iluminadas que caían de una cortina de luces.

Advierto que la mentada película no me pareció nada más emocionante que los gestos de su actor. Pero cuando parecía que todo iba a ocurrir con normalidad vinieron La la las peladas.

La LA Las PELADAS

La cosa se movió un poco raro cuando trataron de trolear a Trump para que Twitteara cualquier estupidez, cosa que no sucedió.

El espectáculo empezó a decaer con la entrada «casual» de unos turistas que quedaron tan abrumados por la situación que no produjeron nada memorable. Estaban tan asustados que solo podían usar el teléfono para usar fotos.

Parece que nuestra memoria se mide por las fotos que tomamos.

Después vinieron las majaderías con Matt Damon. ¿Para qué? Llegó un momento en que daba pena ajena y los chistes no daban para más que la ofensa que hacía reír. Si el tipo colaboró o no es irrelevante, se vio mal.

Pero cuando las cosas no podían salir mal, cuando la maquinaria de producción demuestra que tan bien aceitada está, sucedió lo inesperado: un error de sobre o, como le pasó a Janet Jackson un «envolope malfunction».

Y ahí revuelo en la sala, gente haciendo caras para salir en cámara y el equipo de La La Land que no sabía dónde esconderse.

YO TENÍA PLANES

Lo peor de todo, es que La La Land me iba a dar tema para hablar de Hollywood como por un mes ¡Y me hacen esto! ¡Es más, ni me acuerdo cómo se llama la película ganadora! Ah «Moonlight».

Ya tenía el speach de aceptación del premio. Lo iba a asociar a «El Artista» y «Crash» y cómo Hollywood tiende a premiarse a sí mismo porque solo se ve como Narciso en el espejo.

Ahhhhhh ¡Pero no! Alguien tenía que equivocarse con los sobres y, además premiar a otra película. Así no se puede. ¿Cómo va uno a desarrollar un tema si le mezclan las variables? ¡Pónganse de acuerdo!

Encima Emma Stone no mencionó a Costa Rica en el discurso de aceptación. Habríamos hablado como loras durante años por salir en los Oscares de gratis. Pero no pudo ser. Ahora si Emma Stone viene a Costa Rica vendrá con un cartel de «Loser» colgándole en el pecho y nosotros recibiéndola como si nos importara.

En fin pasa en Miss Universo, pasa en los Oscares, pasa en TNT.

Saúl Buzeta

Advertencia al visitante: Saúl Buzeta Dhighiam es politólogo de formación, comunicador por deformación y necio por naturaleza. Los dedos de la mano no sirven para contar sus obras pues no tiene, mas acostumbra a escribir a hurtadillas artículos de poca monta que gente incauta (en el mejor de los casos) o sin escrúpulos (en la mayoría de ellos) publica sin compasión por el lector. Considérese entonces amable visitante suficientemente advertido sobre lo inocuo de lo que aquí encontrará.

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