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La foto que encabeza este artículo es del monumento a las personas víctimas del terrorismo de Estado en Argentina.

Para la mayoría de los y las argentinas la palabra desaparecido tiene una connotación dolorosa y remite a un pasado al que nadie quiere volver. La historia de un desaparecido está asociada a persecución, tortura, incertidumbre y al horror del terrorismo de Estado que cundió entre 1974 y 1983.

Hoy Argentina tiene un nuevo desaparecido: Santiago Maldonado. Un artesano de 23 años que estaba en una protesta de los indios mapuches en el sur argentino. Él y cuatro indios mapuches bloqueaban una carretera poco transitada el primero de agosto. Les mandaron la Gendarmería con munición viva. Se sabe que a Santiago lo capturaron y desde entonces no aparece. Es el primer desaparecido forzoso desde el regreso de la democracia en 1983.

EL DESAPARECIDO

Los desaparecidos no se esfuman en el aire: los rapta el aparato represor del Estado. Lo hace bajo la convicción que el raptado carece de condición humana. A pesar que el Estado cuenta con leyes y mecanismos para reprimir la sedición o el terrorismo, los militares actuaron como genocidas.

Durante la dictadura tiraron personas vivas desde aviones al mar; a las que iban a ser madres las dejaban tener a sus hijos para luego arrebatarlos y dárselos a familias que se apropiaron de sus vidas y sus historias. A ellas también las mataban. ¡Cuantas mujeres violaron repetidamente antes de asesinarlas! O a quienes agarraban en la calle y después no se sabía nada. Ni qué decir de los patronos que prestaron sus empresas como centros de detención y tortura. Además, estos genocidas robaban todo lo que le pertenecía a quienes mataban.

No faltó el sacerdote que se acercó como Judas a un torturado para pedirle que confesara e insinuarle que sería liberado. Igual a ese chico, a esa madre, a ese sindicalista, a esa estudiante, a esa monja, a ese cura, a ese guerrillero lo iban a matar. La mayoría no había hecho nada malo; y los que habrían cometido delitos nunca fueron juzgados, fueron ejecutados.

Contaron con la complicidad de medios de comunicación que se favorecieron económicamente con la represión. Esos medios, son los que hoy ocultan a la sociedad argentina que Santiago Maldonado está desaparecido.

¿DÓNDE ESTÁ SANTIAGO MALDONADO?

Hoy miles de argentinos se preguntan dónde está Santiago Maldonado ¿Por qué la Ministra de Seguridad Patricia Bulrich intenta trasladar la culpa a la familia o a los indios? ¿Por qué se reprimió sin la orden de un juez? ¿Cómo es que la Ministra dice que no se dio la orden y el jefe del operativo dice haberla recibido del jefe de despacho de la Ministra? ¿Por qué la Gendarmería argentina actúa como la policía privada de la empresa Benetton que compró un millón de hectáreas que incluyen tierras sagradas? Si la justicia ya calificó el hecho como desaparición forzada ¿Por qué el gobierno sigue ensuciando la memoria del artesano? ¿Por qué el gobierno argentino criminaliza la protesta social? ¿Por qué no cumplen con las decisiones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos? Pero, sobre todo, ¿DÓNDE ESTÁ SANTIAGO MALDONADO?

NUNCA MÁS

La inmensa mayoría de la sociedad argentina llegó al convencimiento que el aparato represor del Estado jamás podría estar por encima de la ley. Este fue un proceso doloroso de revisión de años de torturas y desapariciones. Ageregar un desaparecido más a la inmensa lista de incertidumbres de paradero que registra la historia de ese país es un acto de crueldad imperdonable.

El informe de la Comisión Nacional Sobre la Desaparición de Personas (Conadep) titulado «Nunca Más» logró establecer con certeza la desaparición forzada de 9 mil personas y la existencia de más de 380 centros de detención y tortura. Sin embargo, existe la convicción entre los organismos de Derechos Humanos que la cifra de desaparecidos es cercana a las 30 mil personas.

En este breve video podemos comprender el poder que tienen esas dos palabras en la memoria de una sociedad aún traumada por el accionar de sus fuerzas de seguridad.

Las fuerzas de seguridad están para cuidar a la gente, no para que la gente se cuide de ellas. La aparición con vida de Santiago Maldonado es una obligación del Estado argentino. Ni una persona menos por acción de los represores.

Jorge Julio López. Desaparecido el 18 de septiembre de 2006 luego de declarar en contra de uno de sus torturadores.

 

Saúl Buzeta

Advertencia al visitante: Saúl Buzeta Dhighiam es politólogo de formación, comunicador por deformación y necio por naturaleza. Los dedos de la mano no sirven para contar sus obras pues no tiene, mas acostumbra a escribir a hurtadillas artículos de poca monta que gente incauta (en el mejor de los casos) o sin escrúpulos (en la mayoría de ellos) publica sin compasión por el lector. Considérese entonces amable visitante suficientemente advertido sobre lo inocuo de lo que aquí encontrará.

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