Rodrigo Chaves, ha construido su poder no a través del consenso, sino del enfrentamiento. Su estilo trol de no gobernar, lleno de provocaciones, ha moldeado el debate político costarricense, alimentando la polarización y evitando rendir cuentas ante escándalos y fallos de su administración.
Rodrigo Chaves el “presidente trol”
Desde el inicio de su mandato en 2022, Chaves ha usado un lenguaje provocador y agresivo. Llama “filibusteros” a los partidos de oposición, “canallas” a los medios de comunicación y “ratas” a sus críticos. Estos insultos no son accidentales: son parte de una estrategia de comunicación digital que busca generar reacción inmediata y dividir a la opinión pública.
Durante un acto en Rivas, por ejemplo, afirmó que prefería “dinamitar” al Congreso antes que negociar con sus opositores. El objetivo no es argumentar: es provocar y dominar la conversación.
Subirle la aguja a la agresión
Uno de los patrones más claros del gobierno de Chaves es que cada vez que surge un escándalo, su discurso se radicaliza. Así desactiva el escrutinio público desviando la atención hacia enemigos externos.
Cuando en 2023 se reveló que su entonces ministra de Salud había financiado una red de troles en redes sociales para atacar a periodistas, Chaves no pidió explicaciones. En cambio, denunció una conspiración mediática y acusó a los medios de “sicariato político”.
Lo mismo ocurrió con el Proyecto Jaguar, una polémica propuesta para recortar funciones a la Contraloría General. Cuando el Poder Judicial lo cuestionó, el presidente intensificó su discurso contra la “mafia institucional”.
Más recientemente, cuando se levanta la pista del aeropuerto Daniel Oduber, parece que alguien tiró ahí abajo un conjunto de irregularidades que quería dejar 3 metros bajo asfalto. Pero no pudo ser, MECO puso una capa muy delgada y las irregularidades salieron a la luz.
El presidente Chaves no dudó un minuto en llamar a un levantamiento popular enfrentando a la policía administrativa y al OIJ: más sedicioso que eso no se consigue.
¿Quiénes difunden los mensajes del presidente en redes sociales?
El estilo agresivo de Chaves se amplifica en redes sociales a través de un ecosistema digital bien definido:
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Cuentas anónimas que atacan a opositores.
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Páginas “informativas” que reproducen sus discursos sin crítica.
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Bots que viralizan mensajes alineados con Casa Presidencial. Por ejemplo, los «fans» vietnamitas.
La prensa ha documentado que parte de esta red operó con conocimiento de figuras cercanas al Ejecutivo. Incluso ministros participaron en movilizaciones para “defender al gobierno” de supuestos sabotajes, mientras se deslegitimaba al Ministerio Público y al Tribunal Supremo de Elecciones.
El Presidente Trol quiere destruir a cualquiera que se ponga en su camino deslegitimándolo a través de la mentira, la calumnia y la desinformación.
El odio tiene secuelas
Los ataques constantes a la prensa, al Congreso y al Poder Judicial han deteriorado la calidad del debate democrático. Según una encuesta del CIEP-UCR en noviembre de 2024, el 82% de quienes han presenciado estos ataques los rechaza, pero Chaves conserva una aprobación superior al 60%. La polarización es clara: mientras una parte de la población lo sigue con fervor, otra se siente marginada y frustrada.
Este clima tenso tiene consecuencias: agresiones verbales y físicas contra manifestantes y periodistas han sido reportadas tras eventos oficiales en los que el presidente los señala como enemigos. La violencia simbólica se convierte en acción directa.
¿Gobierno o espectáculo?
Rodrigo Chaves no gobierna desde el diálogo, sino desde el conflicto. Su figura encarna la política como espectáculo, en la que el insulto reemplaza al argumento, y la popularidad se mantiene a punta de enfrentamientos. El problema es que mientras el país discute sus frases provocadoras, la corrupción y la pobreza siguen su curso.